PUES SÍ, AUNQUE SAQUES EL DOCTORADO HAY QUE DAR CLASES

A mi lado una señorita decía a su interlocutora: «..pues he sacado el doctorado y pensaba que ya no tendría que dar clases, creo que lo voy a dejar; tengo que coger el coche para ir a la universidad y además las clases que tengo que dar son de temas que no me gustan; las clases se hacen por vocación y con temas que te gusten…» La conversación continuó con otros temas, pero lo que cito es real

Imagínense ustedes  en el contexto que desarrolló (o desarrolla) su trabajo esa persona; evidentemente es un contexto de investigación, donde lo  importante es la investigación, no la docencia. Una persona que comience a trabajar en ese contexto verá que tiene que seguir una serie de pasos para conseguir una plaza: primero el doctorado,  después la acreditación, después la plaza, después…… Es lógico que las personas que “crezcan” en ese contexto, la docencia la vean como un “imperativo legal”, como un acto que hay que hacer para alcanzar la meta. Dicho de otra forma la meta no es la docencia, la meta es la investigación.

Para un futuro profesor universitario la meta debe ser la docencia y la investigación; si tiene mucha suerte, la investigación y la docencia serán sobre un mismo tema, y si no tiene suerte, la docencia versará sobre unas materias y la investigación sobre otras.

El sistema legal español prima la investigación (es indiferente que sea sobre los temas que se imparte docencia) durante todo el camino necesario para llegar a formar parte del profesorado universitario, también lo es para progresar una vez obtenida la plaza de profesor.

Alguien podrá decir ¿y qué hay de malo en que se prime la investigación?, ¿no dicen que la investigación es el principal motor para salir de la crisis?; pues es acertado que se prime la investigación.

Esto sería comprensible si no fuese por dos detalles:

Porque la docencia no se tiene en cuenta para nada; no sirve ni para obtener la plaza ni para progresar en el cuerpo docente.

Porque realmente no se prima los resultados de la investigación sino la publicación de la investigación en revistas de impacto.

 

Así pues es lógico que los contextos universitarios, donde hay jóvenes que quieren desarrollar su carrera, la visión y orientación sea en una primera fase en la investigación y en una segunda fase la publicación; dejando la docencia completamente relegada, como una actividad que se endosa a los recién llegados o a los que hacen méritos para ser investigadores.

Tengo que decir que para evaluar los méritos de una persona, la publicación en revistas de impacto es selectivo; todos quieren publicar en revistas de impacto, pocas personas lo consiguen; por tanto es un indicador válido (de lo que sea).

Sin embargo la docencia es fácil, cualquiera puede ser docente, con los actuales métodos no hace falta ni tan siquiera saber del tema que se imparte clase ¿exagero?

El profesorado con vocación, el que se preocupa de innovar, el que piensa que la docencia es la meta dirá que exagero, que no sé lo que digo y será capaz de dar 1000 argumentos para demostrar que estoy equivocado.

Bueno, pues ahora pensemos en esas asignaturas donde el profesor imparte una lección magistral (incluso hay profesores que leen los temas), donde se dan unos apuntes, donde se resuelven problemas y donde finalmente se hace un examen tradicional (tipo memorístico y de resolución de un problema); creo que cualquier titulado universitario podrá impartir docencia de esa forma, sin ninguna preparación previa en pedagogía, tecnología educativa, metodologías formativas, métodos docentes, paradigmas de aprendizaje,….

Por todo esto urge que tomemos en serio la docencia, que la analicemos, que seamos capaces de establecer indicadores sobre metodologías, tecnologías, paradigmas, conocimientos e investigaciones del propio profesor en la temática que imparte docencia.

Tenemos que crear la profesión del docente, tanto para los que desean iniciar camino en la universidad como para los que ya estamos en ella; mientras no seamos capaces de hacer eso, la dedicación a la formación no será más que una vocación para los más afortunados o una cuestión de suerte (universidad cerca de casa y asignaturas que le gustan) para los que su vocación sea la investigación.



Categorías:Barreras Innovación, Educación

5 respuestas

  1. Cuán de acuerdo estoy contigo…
    *una q disfruta sólo en la univ cuando da clases*

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    • Hola Elena:

      Un buen pescador (sin muerte, eso si) es el que disfruta de los preparativos, el paisaje, la tranquilidad, la paciencia,… y si además pesca, pues es la leche.

      Lo mismo te pasa a ti, una buena profesora disfruta dando clases y si además es de los temas que te gustan, pues la re-leche.

      Salu2 y buenas vacaciones.

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  2. Interesante el tema. Tengo maestría en tecnología educativa aunque mi bachillerato es en educación secundaria en matemáticas, estoy pensando hacer un doctorado en tecnología educativo para luego,ofrecer clases en la universidad. ¿Qué ayudas económicas ofrecen a nivel doctoral?, y ¿Qué universidad me sugieren para llevar a cabo los estudios?

    Atentamente,

    Awilda

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  3. Mi opinión es muy parecida a la de Awilda..tengo una maestría en Tecnología Educativa y deseo continuar con el doctorado. Esoero sus recomendaciones

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    • Hola Ann y Awilda:

      No estoy muy puesto en el doctorado, ya que en España se está cambiando por los Master. He pasado vuestra consulta a la Universidad de Educación a Distancia, que ellos si están trabajando en este tema, os enviarán un mensaje con la información que pedís.

      Salu2

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