La duda como recurso didáctico.

duda

Es habitual que cuando un alumn@ tiene una duda en clase y le pregunta al profesorado, el resto de compañeros se relajan, algunos charlan y otros consultan el móvil. Yo les suelo decir que si hay un momento en el que tienen que estar muy atentos es cuando hay una duda.

También le suelo decir al alumn@ que hace la pregunta que eleve el tono, que la pregunta la tiene que oir claramente toda la clase.

 ¿por qué?

 Si un alumn@ que está en clase en condiciones normales (es decir, que no haya estado durmiendo la siesta) tiene una duda, la probabilidad de que esa duda la tenga el resto de la clase es alta. Es obvio, todas las personas que están en una misma aula reciben los mismos estímulos y están en el mismo contexto, por tanto debemos utilizar la duda como algo que probablemente tengan más personas.

 Cuando le hagan una pregunta no piense en el alumno que se la hace, piense en el resto de la clase, utilícela como recurso didáctico.

 También animo a las personas que me hacen preguntas a que las pongan en el foro de la asignatura y además que pongan las respuestas (y si es posible con su interpretación). De esta forma tendremos un repositorio de dudas con sus respuestas. El alumno que la sube realiza una buena actividad de aprendizaje, de la cual se beneficia el resto.

 A menudo solemos decir que hay que romper las barreras que suponen las paredes del aula. Saque la duda fuera de las cuatro paredes donde se ha generado. Utilícela como recurso didáctico.



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6 respuestas

  1. En efecto, el momento de la duda, es el espacio de la confrontación entre los presaberes y el nuevo concepto dado en el desarrollo de la clase, al exponer la duda, lo que el estudiante esta haciendo es confrontando para apropiar ese nuevo saber, de ahí que el profesor, debe tener todas las herramientas y estrategias para aprovechar «al máximo» este momento. Es ahí cuando los estudiantes realmente interesados explayan sus intereses cognoscitivos ( como si abriera la página de su mente) para confrontarla con la duda del compañero y con las nuevas pinceladas (como si tomará el lápiz y fuera rebordeando y dando acabado) del profesor, da coherencia y cohesión al proceso mental.

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  2. Excelente consejo en este blog. Lo pondré a la práctica.

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  3. Hola, Ángel, totalmente de acuerdo. Los profesores deberíamos proponernos hacer de la pregunta un recurso didáctico, como tú dices, y creo que también del error.

    Una de las razones por las que no me gustan los exámenes en forma de test, por lo menos en mis áreas de trabajo, es porque no dejan ver el proceso, no sabe uno por qué el estudiante eligió la respuesta incorrecta, salvo en algunos casos y cuando las pruebas están bien diseñadas, tarea que es difícil, contrario a lo que algunos piensan.

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