Seis motivos para la NO renovación metodológica.

En la formación, al igual que en otras áreas, las metodologías van evolucionando, se mejoran y surgen nuevas metodologías (conductismo, constructivismo, conectivismo,….). Sin embargo, hay dos velocidades; una es la metodológica; o mejor dicho «la teoría pedagógica», que como todas áreas evoluciona. La otra velocidad es lo que habitualmente aplicamos en nuestras aulas, siempre son las mismas metodologías; utilizamos las mismas durante siglos (un poco mejoradas; por ejemplo, hace un milenio la lección magistral se impartía con la ayuda de una hoja enrollada que hacía las veces de altavoz; ahora sin embargo utilizamos presentaciones en ordenador como apoyo a la lección magistral).

 La «aparición» del ordenador revolucionó la sociedad, ya que era una máquina especial: «trabajaba con información»; trabajo éste reservado a los humanos hasta ese momento.

 Cada área de conocimiento se apresuró a introducir el ordenador en sus procesos y métodos; hoy en día sería difícil imaginar la banca, el transporte, la medicina, la comunicación, el hogar (todos los electrodomésticos tienen pequeños ordenadores para su control), el ocio y la gestión en general, sin ordenadores.

Sin embargo, en los procesos y metodologías formtivas, parece que los ordenadores no se han introducido como en otros campos; sus principales motivos:

 Primer motivo (en los años 80). El ordenador, recurso muy caro (y raro).

Al igual que en otras áreas, en la educación se realizaron experiencias y pilotos para utilizar el ordenador como ariete para renovar las metodologías docentes. Los resultados parecían bastante prometedores; sin embargo había un problema: El ordenador era muy caro y pocas instituciones formativas se podían permitir adquirir uno. Por tanto la renovación metodológica tenía que esperar, al menos hasta que los ordenadores se abarataran lo suficente.

El ordenador se abarató más rápidamente de lo previsto. ¿Y qué pasó?.  Que al aumentar la potencia de los ordenadores y disponer de capacidades multimedia nos dimos cuenta que la verdadera renovación vendría por los multimedia educativos.

 

Segundo motivo (años 90). El CD-ROM, un recurso poco extendido y escasez de contenidos digitalizados.

 Los multimedias educativos podían integrar imágenes, videos, textos, gráficos, simulaciones, bases de datos; y todo ello relacionado de forma hipertextual o hipermedia. Se presentaron numerosas experiencias y todas ellas parecían apuntar a que con los multimedias educativos por fin se renovarían las metodologías docentes. Sin embargo, había pocas unidades instaladas; la tecnología era cara (los lectores y reproductores) y no había casi nada de contenidos digitalizados; por tanto, habría que esperar a que hubiese contenidos digitalizados; por tanto hasta que este problema no se resolviera, tendríamos que seguir esperando.

Se digitalizaron contenidos (muchos) y el CD-ROM se instaló no sólo en los colegios, sino en los hogares,  ¿y qué pasó?.

Pues que aparece Internet y nos dimos cuenta que la verdadera renovación vendría por la implantación de Internet en la sociedad.

 

Tercer motivo (finales de los 90). Internet está poco extendido y se tarda mucho en acceder a contenidos multimedia.

Internet nos permitía un acceso más libre a los contenidos, hipermedias y demás; pero también nos permitía estar conectados y comunicados. «La libertad» gritaron muchos; por fin podemos eliminar barreras espaciales y temporales; el acceso universal al conocimiento. La verdad es que si eso no renovaba las metodologías, no sé qué sería capaz de renovarlas.

La visión era común; todo el profesorado apostaba por la renovación de las metodologías a través de Internet. También se estaba de acuerdo que hasta que Internet no estuviese más implantado y con un «ancho de  banda mayor» no se podría hacer la deseada renovación metodológica.

Internet está implantada en la sociedad (tanto el profesorado como el alumnado lo utiliza habitualmente) y con un ancho de banda más que aceptable, ¿y qué pasó?

Que nos dimos cuenta que el problema para la renovación metodológica no estaba en las tecnologías; era un problema (bendito problema por cierto) que nace con la sociedad industrial y se acentúa con la sociedad de la información. La masificación de las aulas.

Podremos renovar las metodologías si:

Conocemos las distintas metodologías (docencia, aprendizaje,…)

Conocemos las tecnologías; por tanto, cuando se «desmasifiquen» las aulas podremos renovar las metodologías

 

Cuarto motivo (cerca del 2000). La masificación de las aulas.

 No cabe duda que poca renovación puedo hacer ante aulas de 200 alumnos, desde luego si alguien trata de seguir un paradigma basado en aprendizaje (centrado en el alumno), tendrá bastantes problemas; así pues, mejor que se adapten los alumnos al profesor. Este era el pensamiento generalizado.

Desgraciadamente la matricula en la Universidad está bajando, el ratio profesor – alumno es el más grande de las últimas décadas; el profesorado más antiguo no se lo cree: clases con 5 alumnos matriculados.

Ya no hay masificación ¿y ahora qué?.

Pues que tenemos otro problema serio, el nivel de preparación de los alumnos que entran en la universidad. ¿Cómo vamos a conseguir hacer algo con la preparación con la que entran?.

 

Quinto motivo (de hace unos días). El nivel de preparación.

Como es un motivo actual, desconozco a qué estamos esperando (supongo que no esperaremos a que mejore el nivel, lo digo por los datos de los informes PISA). Así pues diré lo que opino.

Tenemos un sistema educativo (del cual la universidad forma parte) que dice que los alumnos que nos llegan están preparados para entrar en la universidad; por tanto, no tenemos que preguntarnos con qué nivel llegan, sino trabajar con ellos, adaptarnos y darles una formación de calidad.

Sexto motivo (aparecerá con el tiempo). El escaso valor «profesional-oficial» de la renovación metodológica.

Es sabido que quien renueva las metodologías e innova en la formación lo hace por voluntarismo, no es que el profesorado que innova sea altruista, es que no le queda más remedio. Si investigas y publicas se reconoce y se recompensa. Si «renovas e innovas» ni se reconoce ni se recompensa, tal y como dicen los mohicanos.

Este motivo es hoy una realidad, lo mismo que fueron los otros en su tiempo, espero que se resuelva igual que los otros.

 

 Comprendo que este post es muy largo, y amig@ lector@ agradezco que haya llegado hasta aquí; y como ha llegado le diré la razón por la que escribo este post:

 No creo que haya motivos para no innovar; al contrario, siempre tendremos un motivo para innovar: NUESTROS ALUMNOS.



Categorías:Barreras Innovación, metodologías educativas

12 respuestas

  1. Muy acertado el artículo, enhorabuena.
    JLMON

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  2. Hola,
    Ángel, el sexto motivo ya está entre nosotros.
    Creo.
    Salu2

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  3. Hola Elena:

    Estoy de acuerdo contigo en que el sexto motivo ya ha llegado, pero la verdad es que solo le ha pasado a unos pocos. El problema es que como ahora nuestros gestores y políticos están animando tanto a renovar como a innovar es posible que bastantes personas lo intenten de forma serie y rigurosa; pero deberían advertirles que no va a servirles para nada.

    Sin embargo los que lo estamos haciendo por vocación (la mayoría de los que actualmente “renovamos”), como no lo hacemos por “progresar” pues el que no nos sirva para nada tampoco nos molesta.

    Por cierto, la última frase relaciona “renovar” y “progresar”; creo que ya tengo el título de un próximo post: “Renovar e innovar para no progresar”. Qué dura es la realidad a veces.

    Salu2 y a ver cuando damos forma a lo de los mohicanos.

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  4. Hola de nuevo!

    Me leí este post hace tiempo, pero lo he vuelto a releerlo tras haber leido y haber comentado tu último post sobre «fracaso escolar y abandono».

    Comparto vuestra opinión que en esencia hay que adaptarse continuamente a todo (tecnologías, nivel de los alumnos, etc), pero creo sinceramente que los 6 motivos, más los que vengan en el futuro, seguirán interaccionando para hacérnoslo difícil, y al mismo tiempo retante, a los educadores. Y os voy a poner un ejemplo.

    En la educación primaria en España, hasta los 11 años (y lo digo por mis 3 hijos menores de 11 años), no es habitual utilizar en las escuelas las TICs, sobre todo aquellas apoyadas en Internet. Muchos colegios adquieren el distintivo conveniente de calidad ISO, pero nada de renovar a nivel docente y las nuevas TICs (web 2.0, etc). ¿Qué pasa en la educación secundaria? Supongo que irá mejor, pero si no se empieza a establecer «puentes» con la educación primaria (y vuelvo a acordarme de un post tuyo Ángel sobre «puentes»), el nivel de alfabetización digital «positiva» de entrada a la educación secundaría será un gran handicap, y de ahí para algunos para la etapa universitaria. Por otra parte, no todas las familias siguen teniendo ordenadores, ni conexión a Internet, y las clases en educación primaria siguen siendo masificadas para lo aconsejado al aplicar las TICs en docencia. Así que, ¿qué podemos hacer con estos tiempos tan cambiantes, tan vertiginosos para la innovación educativa? Por mi parte, creo que la Universidad debería asumir un papel de catalizador para este problema, con un enfoque top-bottom, ya que siempre estará en la frontera del conocimiento, incluso en la gestión de él a nivel de docencia.

    También me gustaría llamar la atención sobre las implicaciones que tiene este post en el campo de la prospectiva. Debemos ser un poco valientes y proponer mundos futuros posibles donde la docencia en el siglo XXI sea viable y efectiva, tanto en el primer mundo como en los otros. No vale decir que los acontecimientos corrieron más rápido e inesperadamente que las previsiones hechas, y que luego, como siempre se cambie sobre la marcha, y a veces mal, como casi siempre. ¿Qué no hay planes estratégicos a nivel mundial, o nacional, sobre qué tipo de interacción docencia y TICs deseamos para los próximos decenios?

    Por último, y siendo un poco valiente, y apoyándome en la actual feria de contenidos digitales FICOD 08, estaría bien saber si en este foro de especialistas de lo hipermedia interesa el aspecto educativo, docente … Y si es así, ¿qué opinan los expertos en este campo sobre la innovación educativa? ¿Porque vamos a tender hacia la situación donde un «profesor», reglado o no, edite completamente, difunda y viva de sus materiales docentes y su interacción con sus alumnos/clientes? ¿Habrá en el futuro renovación estructural y funcional (operativa) en los centros de enseñanza a todos los niveles? ¿Y en las propias familias?

    Todo esto me inquieta, por mis hijos, por mis (espero) nietos, por todos los demás que nos rodean, porque el tema no es baladí, es, en mi modesta opinión, uno de los retos globales del siglo XXI. Quizás haya ya iniciativas al respecto, pero es siempre tan difícil estar atento a toda la información, y sus efectos, que se genera en este planeta …

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  5. Tal vez ocurre, que los 5 motivos que parece llegaron para quedarse, por comodidad de los formadores del profesorado; Estas unidades académicas, presentan un nulo reconocimiento a la innovación, ya que ciertamente el conocimiento aportado por el profesor no es valorado como un trabajo de investigación, menos fomentar esta expectativa, su ideas central gira solo consumir lo que otras sociedades producen, para ellos, es la forma de renovar la metodología.

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