En cualquier curso de formación, los recursos didácticos están organizados en torno a un temario. El temario representa la estructuración y organización de contenidos. En si mismo el temario tiene un gran valor, ya que representa el guión en el que están estructurados los distintos materiales del curso. El temario es el armazón del curso, la estructura sobre la que se construye el proceso de formación.
Integrados al temario están los contenidos del mismo. Un temario puede tener diferentes contenidos, en función del nivel, profundidad y detalle con el que se desee tratar.
El objetivo de la mayoría de los cursos de formación es que los alumnos «aprendan» el temario, para ello se imparten lecciones magistrales, clases de problemas y en los laboratorios se comprueba la veracidad de lo expresado en el temario.
Son numerosas las experiencias de innovación educativa en la que se cambian y renuevan metodologías, pero su objetivo continúa siendo el temario.
Las programaciones docentes se solían expresar a través del temario, posteriormente se expresaron a través de formulación de objetivos, (se solía utilizar la taxonomía de Bloom), hoy en día se expresa en función de habilidades y capacidades, o dicho de otra forma, las habilidades y capacidades derivadas de aprender el temario.
El temario se suele utilizar en los procesos de formación como el guión de una película, el guión es el mismo, pero la calidad de la película depende de la popularidad de los actores (el profesorado), de su calidad interpretativa (las metodologías docentes), de los efectos especiales (las tecnologías), de la composición y fotografía (actividades). Aún así la película puede o no puede gustar a unos espectadores acomodados en sus asientos (los alumnos).
Cuando hablamos de paradigmas basados en el aprendizaje lo que pretendemos es que los alumnos no vean la película sino que participen en ella, por tanto el guión debe incluir esa participación de los alumnos.
Es evidente que en esta nueva modalidad de formación que deseamos implantar (animados por una cosa que se llama EEES), el temario no puede ser el guión, tenemos que desarrollar guiones donde, por supuesto, incluyamos temarios pero la característica principal del guión es que el profesorado y alumnado vean el papel que les toca interpretar.
Así pues los guiones docentes tienen que expresar la manera en la que todos (profesorado y alumnado) participemos en la película.
Antiguamente las planificaciones docentes se limitaban a exponer el temario, describir brevemente la película, identificar a los principales protagonistas (y cuando se podía hablar con ellos) y la duración de la película (créditos antiguos). Posteriormente la planificación docente evolucionó y se incluyo algo parecido a los mensajes que podría transmitir la película o dicho de otra forma los objetivos que perseguía la película (divertirnos, aterrarnos, tomar nuestro dinero,..) eran los famosos objetivos docentes (ahora están proscritos).
Actualmente las planificaciones docentes se han actualizado, a saber:
Los créditos ECTS. No nos dicen lo que dura la película (como se hacía antes) sino el tiempo que un espectador dedica a la película (elegir la película, ver algún anuncio promocional, guardar cola para sacar la entrada, intermedios entretenidos, comentar la película con otros espectadores, disfrazarse con algún personaje de la película, participar en algún foro e incluso asistir a un congreso sobre la película).
Capacitación. Los productores de la película ya no se conforman con que asistamos a la película, ni con contarnos cuales son los objetivos, ahora pretenden que después de ver la película desarrollemos algún tipo de conducta influenciada por la misma, por ejemplo, después de ver un musical que cantemos, o después de ver la última de Indiana Jones que seamos héroes-aventureros-encuentra tesoros -castigador de malos y con un atractivo irresistible.
Creo que estamos de acuerdo que para desarrollar capacidades y habilidades no basta con ver la película, tendríamos que participar en ella, aún así muchas películas seguirían siendo películas y otras estarían basadas en hechos reales.
Querid@s amig@s no hagamos programas docentes en los cuales todo parecido con la realidad sea pura coincidencia, hagamos guiones basados en hechos reales en los que todos participemos e interpretemos la película, no nos convirtamos en protagonistas y hagamos que nuestros alumnos sean los espectadores.
Categorías:Educación, metodologías educativas
Muy acertada la metáfora de la película para entender la planeación. Ojalá todos los docentes pudiéramos percibirla como tal y hacernos productores y actores de primer nivel.
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