Actualizado mayo 2015
¿Recuerda su primera clase?, yo sí, no porque fuese espectacular, sino porque la estuve preparando 4 días, con nervios, incertidumbre, ilusión y ganas (muchas ganas), eran momentos de cambio, de aportar algo, de innovar frente al estilo de formación que había recibido. Comenzaba la aventura, una nueva vida en la que se estaba dispuesto a descubrir (citando a Jacques Delors) el tesoro que esconde la educación.
Si usted ya es cuarentón (o cincuentón) en esto de la formación, probablemente alguna vez se habrá parado a pensar cómo era usted antes y cómo es ahora, qué ilusiones tenía antes y qué ilusiones tiene ahora, a qué ha renunciado y por qué. Creo que lo peor que nos puede pasar es que nos convirtamos en “mercaderes de conocimientos de otros”, sin aportar nada, limitándonos a transmitir a unos, lo que otros crearon; viviendo para los otros, en lugar de para nosotros.
Si este es nuestro caso, lo primero que recomendaría es tranquilidad; los humanos hemos basado nuestra supervivencia en la adaptación al medio y cuando uno se da cuenta que es mercader de conocimientos de otros, lo que hemos hecho es adaptarnos a nuestro contexto, que está definido por nuestra familia, la familia de los otros (nuestros alumnos), las reglas del juego (orientadas a la investigación y no a la docencia), nuestros colegas (muchos de ellos con la posesión de la verdad absoluta) y nuestros amigos (que siguen pensando que tenemos tres meses de vacaciones). Cuando comenzamos en la formación estábamos entrando en el contexto y por eso éramos como éramos, pero cuando han pasado varias décadas, unos se han adaptado al contexto y otros mantienen viva la llama inicial.
Lo segundo que recomiendo es escuchar la canción: atrapasueños de Mago de Oz, que entre otras cosas pretende enseñarnos a vencer a nuestro enemigo, según ellos tu enemigo no son los demás, eres tú mismo.
Adaptarnos al contexto nos ha convertido en nuestro propio enemigo, es como si el contexto hubiese penetrado en nosotros, metamorfoseándonos en mercaderes de conocimientos de otros, anulando nuestra capacidad de crear nuestro propio conocimiento, de ser creativos, de hacer cosas nuevas y lo que es más grave, de sentir las sensaciones que sentíamos al inicio de nuestra aventura.
Estamos inmersos en el contexto, si nos adaptamos a él lo que hacemos es alimentarlo, hacerlo más grande y poderoso y nos atrapará para siempre. Si mantenemos nuestra propia identidad y creamos conocimiento haciendo cosas nuevas, lo que estaremos haciendo es mejorar el contexto, para nosotros mismos y para los demás.
Por todo ello, ya sea con la asignatura con la que comenzó, con la que siempre soñó, con la que tiene actualmente o con la que vaya a tener; sea usted mism@, haga cosas nuevas; pero sobre todo, sobre todo, ¡NUNCA CAMBIES!
Categorías:Barreras Innovación, Educación, Profesorado
Investigación e Innovación Educativa 
es para mi un placer escribirle, acabo de leer sus blog pero el que mas me impacto fue este nunca cambies… en estos momentos me encuentro realizando una tesina de mi mama sobre la innovacion educativa pero cuando lei este me quede y segui y segui fue algo magico… me encataria tener una amigo como ud se parece a mi padre un hombre sabio… felicidades y dios lo bendiga
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Hola Gina,
Gracias por tus comentarios. Lo cierto es que me es muy grato que el blog sea útil, o cuando menos algunos post sean elementos que sirvan para la reflexión, y en algunos casos nos vemos reflejados en ellos.
Salu2
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Buena reflexión. Aportaciones para reforzarlo: círculos de la motivación de Fuster y pirámide del éxito de Wooden. Un ejemplo mío reciente en http://hdl.handle.net/10045/42247 .
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Gracias por el aporte Francisco
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Reblogueó esto en y comentado:
NUNCA CAMBIES¡¡¡¡
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El que tiene su vocación es como el padre de familia, siempre estará apoyando las mejoras de su hijo, en el caso del docente, es una condición natural es el entusiasmo por ver las mejoras de sus alumnos.
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