La educación está sometida a dos tipos de “agitación”, una se puede considerar como buena y la otra, no lo es tanto.
La agitación buena suele provenir del interior del propio sistema educativo. El profesorado innovador agita continuamente la bandera del inconformismo y siempre quiere mejorar el proceso de aprendizaje. Esta agitación se suele traducir en experiencias innovadoras, pero sin embargo estas acciones no producen ningún tipo de debate.
La otra agitación, la no tan buena, suele provenir del contexto externo a la educación. Es decir, distintas visiones políticas que utilizan la educación como arma en sus batallas por conseguir el poder, intereses de sectores concretos, informes de agencias económicas donde se habla de grandes cifras e incluso informes donde se trabajan con unos pocos indicadores para medir la calidad de la educación. En este contexto se produce un gran debate, pero la mayoría de las veces es tangencial a los verdaderos problemas de la educación.
La propuesta de la Asociación Educación Abierta (AEA) consiste, por un lado, en calmar la agitación estéril (la no tan buena) y, por otro lado, en potenciar el debate constructivo a través de personas cuyo único interés es mejorar la educación. La citada asociación llama a su propuesta “CALMAR LA EDUCACIÓN”.
¿Cómo podemos conseguir calmar la educación?
Es muy sencillo. Como resultado de unas jornadas abiertas organizadas por la AEA, se elaboró un documento de 95 puntos (muy breves) que propician el debate constructivo para mejorar la educación.
Accede al documento y aporta tu comentario.
¡Tu opinión es necesaria, ayuda a calmar la educación!
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Investigación e Innovación Educativa 
Los Docentes innovadores tienen un elemento basal que motiva la agitación que produce. Ese elemento se llama Vocación, y y por desgracia, no la vocación no es contagiosa. Lo bueno es que habiendo vocación, ninguna fuerza contraria es más poderosa.
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Hay un gran problema que, en general, provoca grandes distorsiones y el trabajo en modo francotiradores. Se trabaja en base a la buena voluntad, confiando en la profesionalidad y buenos deseos de todo el profesorado y maestros y maestras. Creo debería haber un Observatorio muy profesional y un proceso de LIDERAZGO que se iniciaría en la INSPECCIÓN, cómo Líderes de los equipos directivos, éstos equipos directivos LÍDERES del Claustro y por último los docentes LIDERES del alumnado. Para desarrollar esto deberán plantarse criterios de funcionamiento claros, y la formación de todos los que conforman este tejido educativo, tanto a nivel de funcionamiento del proceso como de los principios fundamentales en su formación como docentes, aparte de materias o ideas mas o menos innovadoras. Hablamos de Taxonomía de Bloom, fundamentos pedagógicos, principios fundamentales del funcionamiento del cerebro del alumnado en sus distintas etapas… etc. Si no hay un marco claro de actuaciones nos encontramos con decisiones encaminadas a funcionar sin NORTE y donde las «opiniones» tanto con evidencia científica, como sin ella tienen el mismo valor.
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