La irrupción de la pandemia en la formación presencial ha hecho resurgir el término de formación on-line. Básicamente la formación on-line trata de hacer las mismas actividades de aprendizaje que en la formación presencial pero a distancia y con soporte tecnológico. En este enlace puede ver, a través de una metáfora basada en la cerveza, la diferencia entre presencial, a distancia y online.
La clave para entender y hacer formación online es precisamente no separar las palabras: formación y online. Hay también dos dicotomías que nos ayudarán a entender este tipo de formación: trasladar-transformar y sincrónico-asíncrono.
Comencemos por las dicotomías:
Sincrónico-Asíncrono.
- Sincrónico. Para hacer la actividad se requiere coincidencia temporal entre profesorado y alumnado.
- Asíncrono. Para hacer la actividad de aprendizaje no se requiere la coincidencia temporal del profesorado y alumnado.
- Observación. Cualquier tipo de formación requiere de actividades sincrónicas y asíncronas.
Trasladar-Transformar.
- Trasladar. La actividad online se hace de igual manera que hacía la actividad presencial. Por ejemplo, si antes daba una sesión teórica de dos horas en clase presencial, ahora doy una videoconferencia de dos horas al alumnado.
- Transformar. Adapta la metodología al nuevo contexto (tecnología on-line, sincronía y asincronía). Por ejemplo, si antes daba una sesión teórica de dos horas en clase presencial, ahora el alumnado visualiza un video de 10 minutos y hace una pequeña actividad (todo de forma asíncrona) y durante una hora utilizamos la videoconferencia para resolver dudas, revisar los trabajos e impartir una pequeña lección magistral.
- Observación. Trasformar implica cambios metodológicos, pero éstos suelen enriquecer el aprendizaje. Trasladar no implica cambios metodológicos pero suele empobrecer el aprendizaje.
He visto algún caso que interpreta la formación online como la creación de contenidos online (separa las palabras formación y online).
- Grabo todas mis clases en videos, el alumnado los visualiza y…
- Si tiene alguna duda que me pregunten en el foro.
Esta visión tiene en cuenta la dicotomía “asíncrona-síncrona” pero no “trasladar-transformar”
Esta situación, vista desde fuera, también podría dar lugar a interpretaciones erróneas como por ejemplo: “Pues como los videos ya están grabados, el próximo curso no voy a necesitar al profesorado, con que haya alguna persona que resuelva las dudas nos vale”
Si se desea conseguir al menos las mismas prestaciones en la formación online que en la presencial, hay que ir transformado las metodologías docentes, y en esa labor una vez más, no pueden dejar solo al profesorado. Los centros y gobiernos deben tener en cuenta que el profesorado no solamente necesita soporte tecnológico, también (y de forma urgente) soporte metodológico.
Categorías:Aprendizaje, Profesorado, Tecnología Educativa
Investigación e Innovación Educativa 
Estimado profesor.
En pocas ocasiones he visto un mensaje tan claro que aporte tanta información con tan pocas palabras.
Un único comentario: imposible no estar de acuerdo al 100%.
Un saludo
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Que claro es diferenciar el uso de la tecnología para informar y para lograr aprendizaje
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MUY INTERESANTE, Y ES CUESTIÓN DE COMPRENDER Y ADAPTARSE A OTRA FORMA DE ENSEÑAR Y APRENDER CON EL USO DE LA TECNOLOGÍA . GRACIAS Y MIS SALUDOS.
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Amamos la formación en general. Siempre capacitarse es lo mejor. Abrazo. 🏅👍
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En España estamos a las puertas de empezar un nuevo curso académico, y los profesores aún no sabemos si las clases serán presenciales, online, o una mezcla de las dos. Parece ser que nuestras autoridades gubernamentales, desconocen las ventajas de las “metodologías activas” aplicables a clases online; las mismas que podrían ser la solución, en el campo de la educación, a la situación de pandemia que actualmente vivimos. Dentro de ellas, la metodología “Flip Teaching” online, además de permitir la distancia de seguridad (medida clave, según los expertos, para ganar terreno al coronavirus), garantiza el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, esta metodología activa, permite flexibilizar el tiempo que un alumno pueda estar expuesto a la pantalla del ordenador o dispositivo inteligente, que demanda las clases online tradicionales. Asimismo, la metodología activa “Flip Teaching” online, se puede aplicar a cualquier rama del conocimiento; dependiendo únicamente del grado de imaginación del profesor en la aplicación, de esta metodología activa, en la asignatura que imparte. Un ejemplo de esto último, se muestra en el siguiente enlace https://www.facebook.com/100014234685090/videos/917745198709961/?extid=R2qGViyT8jFTD5If
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Buenas tardes. Creo que hay un matiz importante: los músicos de este caso quieren cantar, les gusta cantar. En mi universidad el absentismo escolar era importante, más del 50%. La duración de las titulaciones exagerada. El problema está en que con este contingente de alumnos, las metodologías flip tienen escaso recorrido. Me asusta pensar, si este curso se desenvuelve «tele» , en la preparación con que lo superarán los alumnos de primero de Escuelas Técnicas. Ya el curso que concluye ahora va a dejar evidentes carencias de conocimientos ; pero un curso entero más puede ser fatal a medio y largo plazo.
¿Realmente hubieran aprobado tantos alumnos este curso si se hubieran planteado los exámenes del curso anterior? ¿Podrán los alumnos del curso que entra superar las mismas pruebas de evaluación de hace dos años? ¿Se puede aplicar estos baremos sin ocasionar una escabechina? Son tantas preguntas…
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Estimado José Luis. Está claro que las clases presenciales, aplicando metodologías activas, que permiten la participación de los alumnos en su formación académica, son las más recomendables en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero si esta situación de pandemia continúa, no quedará más remedio que recurrir a las clases online, o mixtas. Cuando era profesor en la Escuela de Caminos de Santander, compartía la docencia en una asignatura que tenía más de 400 alumnos, de los que solamente asistían a clase del orden de 50 alumnos. Preocupados por este gran absentismo, implementamos que los alumnos tuviesen que entregar todas las semanas una práctica. Con esta medida, el primer año que la aplicamos, conseguimos que del 40 % de los matriculados en la asignatura, que normalmente solían aprobar la asignatura, pasaron a ser del orden del 60% de los alumnos matriculados; para después mantenerse, en sucesivos cursos, del orden del 50 %. Una experiencia, de los resultados obtenidos, utilizando clases online activas, por la universidad Massachusetts Institute of Technology – MIT, lo puedes observar en el video, de 15 minutos, del siguiente enlace https://datos.uemc.es/owncloud/s/BDSEAZdGJAjQeVE
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Gracias por el comentario. Sin duda la experiencia que refiere debe en gran medida su éxito a la obligatoriedad semanal de la práctica. Hemos aplicado en algún caso, medidas similares con un clima de cierto rechazo por parte de los alumnos. En todo caso, no deja de ser una medida sancionadora la que origina la vitalidad del método, esto es, operamos por la vía del temor al suspenso; y eso me parece algo preocupante. El video es muy ilustrativo. Saludos cordiales.
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Estimado José Luis. Yo soy el agradecido por poder compartir nuestras experiencias docentes. Aprovecho para comentarte que con mis alumnos de la Escuela de Caminos de Santander, el hecho de que tuviesen que realizar una práctica semanal, les ayudó a estar mejor preparados para los exámenes; sin embargo, cuando quise aplicar esta misma experiencia en la universidad que actualmente trabajo, la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, no me dio el mismo resultado; pues los alumnos se copiaban entre ellos la solución de la práctica semanal. Ante esta situación, opté por asignar, en las prácticas semanales, variables independientes a cada alumno; con lo que he vuelto a conseguir unos buenos resultados del número de aprobados en las asignaturas que imparto. Me alegra saber que te ha resultado muy ilustrativo el video.
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